lunes, 21 de julio de 2014

Fecha de Noticia: 21/07/2014

Las ayudas monetarias por sí no superan la pobreza, dice experta


Las ayudas monetarias no sacan a la gente de la pobreza, son parte de una red de protección social, que posibilitan a los pobres ejercer los derechos humanos de la alimentación, educación y salud, según Ana Fonseca, excoordinadora de Bolsa Familia (Brasil) y que asesora a la SAS.

Foto Cortesia de Abc, Color
Ana Fonseca, consultora internacional brasileña. / ABC Color



Fonseca, durante una visita a nuestro diario, fue tajante al afirmar que los programas de “transferencias condicionadas de ingresos” como Tekoporã –el que la Secretaría de Acción Social (SAS) aplica en nuestro país desde el año 2005– no sacan, por sí solos, a las familias de la pobreza. Dijo que deben estar acompañados de otros programas de protección social y durar en el tiempo para tener resultados.

Sí sirven y mucho para incentivar que las familias pobres ejerzan sus derechos elementales como los del acceso a alimentación, educación y salud, por lo general consagrados en las constituciones de los países latinoamericanos, pero no cumplidos. Las ayudan a ejercer esos derechos, porque los programas, al tener condiciones de corresponsabilidad del beneficiario, aumentan la escolaridad y la atención a la salud, como la vacunación, etc., en las capas sociales más pobres, explicó la exviceministra de Desarrollo Social del Brasil durante el gobierno de Lula.

Fonseca sostuvo que en nuestro país Tekopora –y por lo que observó en los departamentos San Pedro y Caaguazú– debe tener componentes como el incentivo a la producción, mediante asistencias técnicas, crediticias y de insumos, porque muchas familias son poseedoras de tierra e inclusive existen mercados para sus productos.

La consultora, doctora en Historia Social, señaló que los programas de protección social, entre ellos las transferencias monetarias, que fueron ideados en Latinoamérica a principios de los años 90 cuando fueron desmontados los sistemas de servicios públicos, cambian la vida de las personas excluidas y son puertas abiertas para comenzar a salir de la pobreza.

Reconoció que hay resistencia a las ayudas monetarias y que hay muchos “prejuicios contra los pobres”. “Los pobres no son culpables de su pobreza. La pobreza no es culpa de uno, por lo general es producto de la carencia de oportunidad de cada uno y porque nuestros gobiernos no logran ofrecer mejores condiciones para que uno se escape de esta trampa de la pobreza”, expresó.

La asesora de la SAS, que está colaborando en la revisión de Tekoporã, dijo también que afirmaciones como que las ayudas monetarias pueden fomentar “el parasitismo”, “la haraganería”, la “dependencia”, no son ciertas y que hay datos estadísticos que demuestran que sirven a la gente a cambiar sus vidas. Admitió que habrá quienes no logran superar sus condiciones, pero sí para la mayoría constituyen un incentivo para mejorar y para ingresar en la producción.

Advirtió que cuando preguntamos para qué sirven las transferencias monetarias tenemos que pensar de qué pobreza estamos hablando. “La pobreza no es solo la escasez de ingreso, la pobreza tiene muchas caras, nombres y apellidos. Hay que preguntarse si la gente tiene agua potable, dónde se tira la basura, si hay desagüe cloacal, si hay energía eléctrica, si tienen agua para beber, la pobreza tiene muchas manifestaciones”, dijo.

“Inclusión productiva”

Fonseca consideró que actualmente los gobiernos latinoamericanos tienen sobre la mesa una cuestión muy importante y que es incentivar “la obtención de ingresos por medio de la inclusión productiva”.

La excoordinadora del programa Bolsa Familia, del Brasil, enfatizó que “nuestra exclusión es centenaria” y que no podemos pensar que con la aplicación de programas sociales por un par de décadas vamos a dejar de lado la exclusión. En cuanto a las recomendaciones sobre Tekoporã, dijo que el programa no debe esperar los seis años de asistencia a los beneficiarios para hacer una revisión, sino a los tres para ver resultados. El asesoramiento de Fonseca es mediante una cooperación del Programa Eurosocial, financiado por la Unión Europea, informaron en la SAS.

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